La salud intestinal puede ser definida como la capacidad del tracto gastrointestinal (TGI) de mantenerse en equilibrio, ya que es un ecosistema en constante cambio. Existen tres principales componentes de la salud intestinal: la dieta, la mucosa y la microbiota. Ciertos componentes de la dieta para lechones destetados, como la pasta de soya, pueden causar daños de la mucosa intestinal, acumulación de líquido intestinal y predisponer a diarreas post-destete.
El desarrollo del sistema inmune de la mucosa intestinal depende de la colonización por bacterias comensales y patógenas. La mucosa está compuesta por el epitelio digestivo, el tejido linfoide asociado con el intestino (TLAI) y el moco que recubre el epitelio. El TLAI, la microbiota comensal y el moco interactúan con las células del hospedero, generan un sensible y dinámico equilibrio en el TGI, asegurando el correcto funcionamiento del proceso digestivo.
El funcionamiento digestivo y la salud intestinal de los lechones son perturbados por el destete. La supresión de la leche materna no es inmediatamente compensada por un consumo adecuado de agua o por una suficiente secreción salival o gastrointestinal. En este contexto, el estrés inherente a esta etapa puede ocasionar un aumento del peristaltismo y hasta una interrupción abrupta de la síntesis de algunas enzimas; es por ello que el paso de una dieta húmeda (leche) que contiene anticuerpos que protegen al animal, a una seca que no tiene anticuerpos y orígenes de proteína diferente que son por lo general menos digestibles, originan diarreas en el mismo día del destete.
Estos excesos de comida sin digerir sirven como “caldos de cultivo” para bacterias como E. coli que liberan endotoxinas generando diarreas que deshidratan los animales y predisponen a otros problemas digestivos y sistémicos. Se han sugerido tratamientos curativos como la Colistina o dietas con altas concentraciones de óxido de zinc que no son sostenibles en el tiempo por las altas tasas de resistencia a estos antibióticos que han generado bacterias como la E. coli.
Otros factores que deben ser incluidos dentro de las variables que contribuyen a las diarreas son las condiciones de manejo, densidad, forma de alimentación e infecciones virales. Diferentes suplementos en el alimento se pueden incluir para disminuir estos efectos negativos, dentro de la que está el uso de ASENTIA que es una combinación selectiva de mono ésteres de ácidos grasos de cadena corta y media, que a través de su tecnología de fabricación unidos por enlaces covalentes, no lo hacen pH dependiente, garantizando su efecto a través de todo el tracto gastrointestinal, repercutiendo positivamente la salud animal, generando una máxima reducción y control de patógenos intestinales. ASENTIA al no ser pH dependiente, le asegura diferencia sobre otros productos acidificantes que solo generan efecto en el estómago y al cambiar a un pH más básico en el intestino delgado, se desnaturalizan.
Por ende, al recibir los animales con ASENTIA luego del destete y mantener su administración por al menos 10 días reduce el sobrecrecimiento de bacterias patógenas, disminuyendo la frecuencia de diarreas en animales, mejorando la ganancia, el consumo, y la inmunidad local en el intestino. Este efecto se genera principalmente al mantener diferentes grupos de bacterias (saprofitas y patógenas), que se controlan entre si y no hay sobrecrecimientos de un solo grupo de bacterias que es un efecto que se genera al administrar antibióticos durante largos periodos que repercuten en disbiosis intestinales.
Fuente: Grupo Interagro – interagro.com.pa | 
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