Enfermedad de Glasser: Una Amenaza Silenciosa en la Industria Porcina

ENFERMEDA DE GLASSER Una Amenaza Silenciosa en la Industria Porcina (3

¡Comparte este artículo!

Share on whatsapp
Share on facebook
Share on linkedin
Share on twitter
Share on email

 

enfermedad de glasser Glaesserella parasuisLa industria porcina se enfrenta constantemente a desafíos sanitarios que afectan la salud y el rendimiento de los cerdos. Un desafío que ha venido creciendo en importancia y número de casos clínicos, es la enfermedad de Glasser, causada por Glaeserella parasuis (anteriormente denominada Haemophillus parasuis). En esta entrada de blog exploraremos los aspectos clave de la enfermedad de Glasser en los cerdos, signos clínicos, medidas de control y tratamiento.

¿Qué es la enfermedad de Glasser en cerdos?

La Glaesserella parasuis es una bacteria saprofita que habita en la nasofaringe y las tonsilas de cerdos saludables, también se encuentra en animales con lesiones neumónicas. Al ser una bacteria septicémica, tiene predilección por crecimiento en serosas (peritoneo, pleura, pericardio, articulaciones, meninges).

Normalmente, está predispuesta por un desequilibrio en el organismo del animal ocasionada por un patógeno primario (PRRSv, PCV2, Mycoplasma hyopneumoniae, Actinobacillus pleuropneumoniae), o una condición ambiental adversa (concentraciones altas de amoniaco >7ppm, polvo, lipopolisacáridos, o dióxido de carbono >1540ppm), para luego presentar la enfermedad clínica, que es aguda y puede estar caracterizada por meningoencefalitis, poliserositis, poliartritis y/o neumonía bacteriana. Estos signos clínicos pueden variar su severidad, teniendo animales afectados que resuelven su enfermedad con ayuda de tratamientos antibióticos, hasta la muerte.

Signos clínicos, lesiones y detección

Los signos clínicos de la enfermedad de Glasser pueden variar, según las infecciones concomitantes que tenga, el estado de inmunidad del animal, y el lugar donde se aloje el patógeno. En caso de alojarse en el sistema nervioso central y las meninges, el animal presenta tremores, incoordinación, paresia, recumbencia lateral, y en casos más graves, convulsiones. Inflamaciones de articulaciones o artritis en caso de alojarse en las articulaciones. Cuando se encuentra en las serosas, tiene presencia de exudado serofibrinoso o fibrinopurulento en la cavidad torácica, abdomen o pericardio y pleuritis que puede cursar en ocasiones con neumonías con lesiones típicas de septicemia (lesiones multifocales, diseminadas y rojas en todo el parenquima). Cuando G. parasuis está presente, contribuye a la patogénesis de la bronconeumonía (App). La morbilidad es baja, pero los animales que no son tratados con antibióticos (Certyl CG40, Carfenicol CG20) tienen alta mortalidad.

La detección se basa principalmente en los signos clínicos, las lesiones y el cuadro en general que presentan los animales en la granja. Como diagnostico confirmatorio se colecta el exudado presente en la cavidad torácica, abdomen o pericardio; articulaciones; líquido cefalorraquídeo.

Tener en cuenta que se han descrito 21 serotipos de Glaesserella parasuis, donde los más comunes en el continente americano son el 4, 5, 13 y 14. Las vacunas presentes tienen protección incompleta contra el patógeno, pero reducen las lesiones.

Manejo y tratamiento

enfermedad de glasser tratamieto

El control de Glaesserella parasuis incluye estabilizar la mayor cantidad de factores estresantes o predisponentes que puedan estar presentes en la granja. Factores tales como, controlar patógenos primarios como PRRSv o Mycoplasma hyopneumoniae y realizar cambios de manejo (ventilación, densidad, movimiento de lechones entre camadas, aseo y desinfección, entre otras). Para lograr el control se debe ayudar de vacunas, no solo para Glaesserella parasuis, sino también para otros patógenos como el Mycoplasma hyopneumoniae y el PCV2; además, uso de antibióticos para disminuir la mortalidad en los animales.

Idealmente se debe hacer exposición a los animales de manera controlada al G. parasuis en animales jóvenes de forma natural, que se da de la hembra al lechón, con aplicación de antibióticos de espectro reducido o eliminar su uso en el día de la administración del hierro dextrán, para permitir la exposición al lechón a la G. parasuis, mientras todavía tiene una alta cantidad de anticuerpos maternos dados a través del calostro y la leche, para generar inmunidad activa contra el patógeno.

Se deben realizar tratamientos con moléculas a los que el G. parasuis sea sensible como el Certyl CG40 (10-15 mg/kg) y Carfenicol CG20 (3 mg/kg) en alimento concentrado, a dosis curativa, para evitar la formación de bacterias resistentes al antibiótico. Tener en cuenta el diagnostico para controlar los patógenos primarios, cambiar medidas de manejo para evitar propagación del patógeno de manera desmedida y realizar los tratamientos antibióticos en previo al momento que los animales estén mostrando los signos clínicos para evitar las perdidas productivas.

Medidas de Prevención Efectivas

 

La prevención de la propagación de la enfermedad de Glasser se basa en la implementación de prácticas de manejo y bioseguridad interna y externa en la granja tales como:

1. Aislamiento y cuarentena: ingresar los animales con diagnostico negativo a enfermedades virales como PRRSv y bacterianas como Actinobacillus pleuropneumoniae.

2. Bioseguridad interna: tener medidas de bioseguridad interna para reducir la circulación de patógenos entre las camadas y posteriormente en los sitios 2 y 3, disminuyendo la combinación de camadas, uso de hembras nodrizas, y evitando el carrusel de lechones de una banda a otra. Todas estas medidas predisponen a la aparición de la enfermedad de Glasser.

3. Aseo, detergencia y desinfección: mantener entornos de trabajo limpios y organizados. Después de cada salida de lote de producción, se debe realizar un proceso detallado de detergencia, garantizar tiempo de contacto y luego desinfectar las superficies a la dosis recomendada por cada fabricante.

4. Control de la calidad y cantidad del aire: asegurar flujo de aire, para disminuir concentraciones de gases nocivos para los cerdos tales como el amoniaco y el ácido sulfhídrico; concentración de bacterias, virus y partículas de polvo.

5. Vacunación: realizar diagnostico adecuado, y basado en el concepto técnico de un médico veterinario, decidir el tipo de vacuna y los momentos ideales para su aplicación, obteniendo menores perdidas productivas.

6. Monitoreo constante: tener un presupuesto anual o trimestral para realizar diagnóstico de los diferentes patógenos circulantes en la granja, para promover medidas de medicina preventiva (detección temprana y reducción de perdidas).

Conclusión

La enfermedad de Glasser es un desafío importante para la industria porcina, pero con las medidas de prevención adecuadas, puede minimizarse su impacto en la salud y el rendimiento de los cerdos. La bioseguridad, la higiene y el manejo responsable son esenciales para prevenir la propagación de esta enfermedad y garantizar una producción porcina saludable y rentable. Consultar con veterinarios y expertos en la industria puede proporcionar orientación específica para abordar este desafío y mantener la salud de los cerdos.

Entérate de las últimas novedades acerca de nuestros productos, servicios y promociones.

Artículos Relacionados

Ponte en Contacto con Nosotros

Estaremos gustosos de contestar cualquier inquietud o solicitud que tengas referente a nuestros productos o servicios.

Siguenos:

¡NO sigas este enlace o serás bloqueado en este sitio!